🌱 ¿Natural o sintético? Qué es mejor para tu piel

En el mundo del skincare, los ingredientes “naturales” tienen una reputación casi mística. Muchas veces se asocian con lo saludable, puro y libre de riesgos. Por el contrario, lo “sintético” suele generar desconfianza: suena artificial, químico, y por lo tanto... ¿peligroso?

La realidad es mucho más compleja.
Y como marca basada en ciencia y transparencia, queremos ayudarte a tomar decisiones informadas, sin caer en mitos o marketing engañoso.


¿Natural = mejor? No siempre.

Un ingrediente natural no es sinónimo de seguridad. De hecho, algunas sustancias de origen natural pueden ser irritantes o alergénicas y su eficacia y seguridad, SIEMPRE, depende del método de extracción (pensá en el aceite de oliva, por ejemplo. Es igual para el skincare) y origen, no es lo mismo la hoja, que la raíz o la flor de una planta. 🤓​

Algunos ejemplos:

  •  Mentol: irritante y secante en ciertas dosis
  • Aceite de coco: comedogénico no apto para el rostro.
  • Aceites esenciales: alto potencial alergénico

👉 Lo natural no es sinónimo de inocuo. Todo depende del origen, extracción, y cómo se usa.

Otra nota aparte se merece el uso incorrecto del “SIN QUÍMICOS”. Cuando todo, el agua incluso, es una sustancia química.


¿Sintético = malo? Tampoco.

Muchos ingredientes sintéticos se desarrollan justamente para mejorar la seguridad, estabilidad y eficacia de los productos. Algunos replican moléculas naturales, pero en formas más puras o controladas, otros son alternativas a ingredientes de origen animal.

💡 Por ejemplo:

  • El ácido hialurónico que usamos en cosmética es casi siempre sintético, pero seguro y altamente compatible con la piel.
  • Los conservantes sintéticos bien dosificados (como el fenoxietanol) evitan la proliferación de bacterias en tu crema, sin necesidad de parabenos ni formaldehído.
  • Muchos emolientes y humectantes sintéticos tienen mejor tolerancia cutánea que sus equivalentes naturales.

​🔬​ La ventaja de lo sintético es la precisión: se puede formular con exactitud, sin impurezas ni alérgenos imprevisibles.


Entonces… ¿qué es mejor?

La pregunta no es “¿es natural o sintético?” sino:

✔️ ¿Está este ingrediente bien formulado y respaldado por evidencia?
✔️ ¿Tiene sentido para mi tipo de piel?
✔️ ¿Proviene de una marca que comunica con transparencia?

Hay ingredientes naturales excelentes (como el aceite de jojoba) y sintéticos igual de valiosos (como la niacinamida o el pantenol). Lo importante es la fórmula en su conjunto, no solo el origen de cada componente.


¿Qué pasa con el "clean beauty"?

La cosmética "clean" o limpia suele evitar ciertos ingredientes controvertidos, lo cual puede ser positivo, siempre que no se base en miedo infundado o quimiofobia. A veces, el término se usa más como estrategia de marketing que como indicador real de seguridad o eficacia.

💬 Nuestro consejo: mirá más allá de las etiquetas. Lo “sin” no siempre es mejor, y lo “con” no siempre es un problema.


Conclusión: 

En lugar de dejarnos llevar por modas o etiquetas, lo ideal es leer, consultar fuentes confiables y entender qué necesita tu piel. A veces lo más seguro y eficaz no es lo más “natural”, sino lo mejor formulado.

Y siempre, pero siempre, en un laboratorio habilitado por ANMAT.


 

Fuentes confiables: